BEGIN:VCALENDAR VERSION:2.0 PRODID:-//jEvents 2.0 for Joomla//EN CALSCALE:GREGORIAN METHOD:PUBLISH BEGIN:VTIMEZONE TZID:America/Caracas BEGIN:STANDARD DTSTART:20190417T000000 RDATE:20380118T231407 TZOFFSETFROM:-0400 TZOFFSETTO:-0400 TZNAME:America/Caracas -04 END:STANDARD END:VTIMEZONE BEGIN:VEVENT UID:b76a6dc5a3936a7a085b99585ccb0d3e CATEGORIES:Efemérides CREATED:19691231T200000 SUMMARY:17 de abril de 1523 primer levantamiento indígena en Nicaragua y Costa Rica LOCATION:Centro América\, Nicaragua y Costa Rica DESCRIPTION:\n1523: el jefe indigena Diriangén, al frente de guerreros dirianes y nagra ndanos, enfrenta a los conquistadores españoles al mando de Gil González Dá vila, en lo que es considerada como la primera manifestación de rebeldía co ntra la conquista en lo que sería la llamada Provincia de Nicaragua y Costa Rica.\n". Y en la historia de nuestros abuelos había un héroe, Diriangén, el primer guerrero que en la antigua Manquesa, y quizá en la América toda, enfrentó con flechas de hueso, lanzas de pedernal, y su indiscutible coraje y el de sus guerreros, a las gentes barbadas de malos instintos montadas s obre alimañas, como describía la Anita Olivares, mi abuela, a los imperiali stas de entonces.\nDiriangén, mánqueme (jefe) chorotega, nació en 1496. Seg ún la educación tradicional de su raza, le correspondió a su madre instruir le en la historia de la tribu Chocho, de la que él y los suyos eran descend ientes, y a los sacerdotes hablarle de la patria primitiva y lejana.\nA Dir iangén lo educaron de manera especial en las artes de la guerra: esgrimía c on singular maestría la espada de recia madera erizada de dientes de pedern al, y era el mejor arrojando macanas y lanzas. Muy joven conquistó el rango de ñeq –valiente guerrero –, permitiéndosele llevar el cráneo rapado, con un solo mechón central sobre la coronilla. En feroces batallas enfrentó a s us acérrimos rivales los nahuas, quienes se asentaron en Masaya, Masatepe, Jinotepe, Ochomogo y Mecatepe, quienes por sus múltiples victorias lo llama ron Diriangén, que significa señor de los dirianes, de los hombres que vive n en los lugares altos. Además de los nahuas, fue admirado y temido por los maribios y hasta por los lejanos matagalpas y misquitos.\nCuando los asunt os de su tribu se lo permitían, bajaba a la laguna de Diriá, y se dedicaba a la natación y la pesca, mientras a miles de leguas de distancia, Gil Gonz ález, hidalgo de Ávila y protegido del Presidente del Consejo de Indias, lo graba que el rey Fernando el Católico le diera la concesión de varios navío s para el descubrimiento de las Islas de la Especiería, todo lo necesario p ara el viaje, el título de Capitán General de la Armada, la Cruz de Santiag o y la orden para que Pedrarias le entregara los buques de Balboa y doce pi ezas de artillería. El 13 de septiembre de 1519, entre la vocinglería de ma rineros borrachos y manos anónimas agitando despedidas, salió la expedición del puerto de San Lucas en las naves “Victoria”, “Santa María de la Merced ” y “Santa María de la Consolación”. En su “Historia de Nicaragua”, José Do lores Gámez registró que en 1523 ocurrió una guerra entre Diriangén y Tende rí, cacique de Nindirí, acontecimiento que obligó al conquistador a desviar se temporalmente hacia Imabite, capital de los nagrandanos, a orillas del l ago Xolotlán.\nEn carta dirigida al rey Fernando el Católico, Gil González le detalla el encuentro: Parece que supieron de mi otros caciques grandes y uno dellos que se dice Diriangén traxo consigo hasta quinientos hombres, c ada uno con una pava o dos en la mano y tras ellos diez pendones y tras ell os diez e siete mugeres todas casi cubiertas con patenas de oro y doszienta s y tantas hachas de oro baxo... y más atrás cerca de sí y de sus principal es venían cinco trompetas... y entraron a verme con las mugeres y el oro; m ándeles a preguntar a qué venían y dixeron que a ver quien héramos, que les avían dicho que héramos una gente con barvas y que andábamos encima de una s alimañas; que por ver quien héramos y lo que queríamos venía a vernos...\ nFue el 14 de abril de 1523. El resto ya lo sabemos. El conquistador invitó al cacique a bautizarse. Éste pidió tres días para pensarlo, tiempo que ap rovechó para contarlos, observarlos y organizar a cuatro mil guerreros con los que cayó sobre los invasores el mediodía del sábado 17, obligando al ag resor a suspender la conquista de Nicaragua. La renuncia de los caciques Ni coya y Nicaragua a los dioses tutelares –Tamagastad y Cippaltonatl – y su s ometimiento al rey de España, fueron motivos suficientes para que Diriangén los enfrentara e iniciara su lucha contra el invasor. Diriangén, amante de la libertad, la justicia y el decoro, no se dejó seducir ni por el dios ni por las promesas de “las alimañas montadas sobre alimañas” y los enfrentó hasta su muerte. ¡Y cuánta razón tuvo el cacique!\nLos historiadores concue rdan en fijar como lugar de su muerte, en 1523, en el sitio conocido como L lano de Cachimba Brava o Valle de Mata Grande, cerca de la desembocadura de l río Ochomogo en el Gran Lago de Nicaragua entre los actuales departamento s de Granada y Rivas.\n \nFuente; Memorias Sandinistas. Autor Mario Urtecho . Managua, 12 de noviembre 2012Publicado por AiSUR para el Centro de Sabere s Africanos, Americanos y Caribeños X-ALT-DESC;FMTTYPE=text/html:
1523: el jefe indigena Diriangén, al frente de guerreros d irianes y nagrandanos, enfrenta a los conquistadores españoles al mando de Gil González Dávila, en lo que es considerada como la primera manifestación de rebeldía contra la conquista en lo que sería la llamada Provincia de Ni caragua y Costa Rica.
". Y en la historia de nuestros abuelos había u n héroe, Diriangén, el primer guerrero que en la antigua Manquesa, y quizá en la América toda, enfrentó con flechas de hueso, lanzas de pedernal, y su indiscutible coraje y el de sus guerreros, a las gentes barbadas de malos instintos montadas sobre alimañas, como describía la Anita Olivares, mi abu ela, a los imperialistas de entonces.
Diriangén, mánqueme (jefe) chor otega, nació en 1496. Según la educación tradicional de su raza, le corresp ondió a su madre instruirle en la historia de la tribu Chocho, de la que él y los suyos eran descendientes, y a los sacerdotes hablarle de la patria p rimitiva y lejana.
A Diriangén lo educaron de manera especial en las artes de la guerra: esgrimía con singular maestría la espada de recia mader a erizada de dientes de pedernal, y era el mejor arrojando macanas y lanzas . Muy joven conquistó el rango de ñeq –valiente guerrero –, permitiéndosele llevar el cráneo rapado, con un solo mechón central sobre la coronilla. En feroces batallas enfrentó a sus acérrimos rivales los nahuas, quienes se a sentaron en Masaya, Masatepe, Jinotepe, Ochomogo y Mecatepe, quienes por su s múltiples victorias lo llamaron Diriangén, que significa señor de los dir ianes, de los hombres que viven en los lugares altos. Además de los nahuas, fue admirado y temido por los maribios y hasta por los lejanos matagalpas y misquitos.
Cuando los asuntos de su tribu se lo permitían, bajaba a la laguna de Diriá, y se dedicaba a la natación y la pesca, mientras a mil es de leguas de distancia, Gil González, hidalgo de Ávila y protegido del P residente del Consejo de Indias, lograba que el rey Fernando el Católico le diera la concesión de varios navíos para el descubrimiento de las Islas de la Especiería, todo lo necesario para el viaje, el título de Capitán Gener al de la Armada, la Cruz de Santiago y la orden para que Pedrarias le entre gara los buques de Balboa y doce piezas de artillería. El 13 de septiembre de 1519, entre la vocinglería de marineros borrachos y manos anónimas agita ndo despedidas, salió la expedición del puerto de San Lucas en las naves “V ictoria”, “Santa María de la Merced” y “Santa María de la Consolación”.&nbs p;En su “Historia de Nicaragua”, José Dolores Gámez registró que en 1523 oc urrió una guerra entre Diriangén y Tenderí, cacique de Nindirí, acontecimie nto que obligó al conquistador a desviarse temporalmente hacia Imabite, cap ital de los nagrandanos, a orillas del lago Xolotlán.
En carta dirigi da al rey Fernando el Católico, Gil González le detalla el encuentro: Parec e que supieron de mi otros caciques grandes y uno dellos que se dice Dirian gén traxo consigo hasta quinientos hombres, cada uno con una pava o dos en la mano y tras ellos diez pendones y tras ellos diez e siete mugeres todas casi cubiertas con patenas de oro y doszientas y tantas hachas de oro baxo. .. y más atrás cerca de sí y de sus principales venían cinco trompetas... y entraron a verme con las mugeres y el oro; mándeles a preguntar a qué vení an y dixeron que a ver quien héramos, que les avían dicho que héramos una g ente con barvas y que andábamos encima de unas alimañas; que por ver quien héramos y lo que queríamos venía a vernos...
Fue el 14 de abril de 15 23. El resto ya lo sabemos. El conquistador invitó al cacique a bautizarse. Éste pidió tres días para pensarlo, tiempo que aprovechó para contarlos, o bservarlos y organizar a cuatro mil guerreros con los que cayó sobre los in vasores el mediodía del sábado 17, obligando al agresor a suspender la conq uista de Nicaragua. La renuncia de los caciques Nicoya y Nicaragua a los di oses tutelares –Tamagastad y Cippaltonatl – y su sometimiento al rey de Esp aña, fueron motivos suficientes para que Diriangén los enfrentara e iniciar a su lucha contra el invasor. Diriangén, amante de la libertad, la justicia y el decoro, no se dejó seducir ni por el dios ni por las promesas de “las alimañas montadas sobre alimañas” y los enfrentó hasta su muerte. ¡Y cuánt a razón tuvo el cacique!
Los historiadores concuerdan en fijar como l ugar de su muerte, en 1523, en el sitio conocido como Llano de Cachimba Bra va o Valle de Mata Grande, cerca de la desembocadura del río Ochomogo en el Gran Lago de Nicaragua entre los actuales departamentos de Granada y Rivas .