BEGIN:VCALENDAR VERSION:2.0 PRODID:-//jEvents 2.0 for Joomla//EN CALSCALE:GREGORIAN METHOD:PUBLISH BEGIN:VTIMEZONE TZID:America/Caracas BEGIN:STANDARD DTSTART:20200416T000000 RDATE:20380118T231407 TZOFFSETFROM:-0400 TZOFFSETTO:-0400 TZNAME:America/Caracas -04 END:STANDARD END:VTIMEZONE BEGIN:VEVENT UID:b76a6dc5a3936a7a085b99585ccb0d3e CATEGORIES:Efemérides CREATED:20200416T011419 SUMMARY:17 de abril de 1523 primer levantamiento indígena en Nicaragua y Costa Rica LOCATION:Centro América\, Nicaragua y Costa Rica DESCRIPTION:Cacique Diriagen\n 1523: el jefe indigena Diriangén, al frente de guerrero s dirianes y nagrandanos, enfrenta a los conquistadores españoles al mando de Gil González Dávila, en lo que es considerada como la primera manifestac ión de rebeldía contra la conquista en lo que sería la llamada Provincia de Nicaragua y Costa Rica.\n ". Y en la historia de nuestros abuelos había u n héroe, Diriangén, el primer guerrero que en la antigua Manquesa, y quizá en la América toda, enfrentó con flechas de hueso, lanzas de pedernal, y su indiscutible coraje y el de sus guerreros, a las gentes barbadas de malos instintos montadas sobre alimañas, como describía la Anita Olivares, mi abu ela, a los imperialistas de entonces.\n Diriangén, mánqueme (jefe) chorote ga, nació en 1496. Según la educación tradicional de su raza, le correspond ió a su madre instruirle en la historia de la tribu Chocho, de la que él y los suyos eran descendientes, y a los sacerdotes hablarle de la patria prim itiva y lejana.\n A Diriangén lo educaron de manera especial en las artes de la guerra: esgrimía con singular maestría la espada de recia madera eriz ada de dientes de pedernal, y era el mejor arrojando macanas y lanzas. Muy joven conquistó el rango de ñeq –valiente guerrero –, permitiéndosele lleva r el cráneo rapado, con un solo mechón central sobre la coronilla. En feroc es batallas enfrentó a sus acérrimos rivales los nahuas, quienes se asentar on en Masaya, Masatepe, Jinotepe, Ochomogo y Mecatepe, quienes por sus múlt iples victorias lo llamaron Diriangén, que significa señor de los dirianes, de los hombres que viven en los lugares altos. Además de los nahuas, fue a dmirado y temido por los maribios y hasta por los lejanos matagalpas y misq uitos.\n Cuando los asuntos de su tribu se lo permitían, bajaba a la lagun a de Diriá, y se dedicaba a la natación y la pesca, mientras a miles de leg uas de distancia, Gil González, hidalgo de Ávila y protegido del Presidente del Consejo de Indias, lograba que el rey Fernando el Católico le diera la concesión de varios navíos para el descubrimiento de las Islas de la Espec iería, todo lo necesario para el viaje, el título de Capitán General de la Armada, la Cruz de Santiago y la orden para que Pedrarias le entregara los buques de Balboa y doce piezas de artillería. El 13 de septiembre de 1519, entre la vocinglería de marineros borrachos y manos anónimas agitando despe didas, salió la expedición del puerto de San Lucas en las naves “Victoria”, “Santa María de la Merced” y “Santa María de la Consolación”. En su “Histo ria de Nicaragua”, José Dolores Gámez registró que en 1523 ocurrió una guer ra entre Diriangén y Tenderí, cacique de Nindirí, acontecimiento que obligó al conquistador a desviarse temporalmente hacia Imabite, capital de los na grandanos, a orillas del lago Xolotlán.\n En carta dirigida al rey Fernand o el Católico, Gil González le detalla el encuentro: Parece que supieron de mi otros caciques grandes y uno dellos que se dice Diriangén traxo consigo hasta quinientos hombres, cada uno con una pava o dos en la mano y tras el los diez pendones y tras ellos diez e siete mugeres todas casi cubiertas co n patenas de oro y doszientas y tantas hachas de oro baxo... y más atrás ce rca de sí y de sus principales venían cinco trompetas... y entraron a verme con las mugeres y el oro; mándeles a preguntar a qué venían y dixeron que a ver quien héramos, que les avían dicho que héramos una gente con barvas y que andábamos encima de unas alimañas; que por ver quien héramos y lo que queríamos venía a vernos...\n Fue el 14 de abril de 1523. El resto ya lo s abemos. El conquistador invitó al cacique a bautizarse. Éste pidió tres día s para pensarlo, tiempo que aprovechó para contarlos, observarlos y organiz ar a cuatro mil guerreros con los que cayó sobre los invasores el mediodía del sábado 17, obligando al agresor a suspender la conquista de Nicaragua. La renuncia de los caciques Nicoya y Nicaragua a los dioses tutelares –Tama gastad y Cippaltonatl – y su sometimiento al rey de España, fueron motivos suficientes para que Diriangén los enfrentara e iniciara su lucha contra el invasor. Diriangén, amante de la libertad, la justicia y el decoro, no se dejó seducir ni por el dios ni por las promesas de “las alimañas montadas s obre alimañas” y los enfrentó hasta su muerte. ¡Y cuánta razón tuvo el caci que!\n Los historiadores concuerdan en fijar como lugar de su muerte, en 1 523, en el sitio conocido como Llano de Cachimba Brava o Valle de Mata Gran de, cerca de la desembocadura del río Ochomogo en el Gran Lago de Nicaragua entre los actuales departamentos de Granada y Rivas.\n \n Fuente; Mem orias Sandinistas. Autor Mario Urtecho. Managua, 12 de noviembre 2012 Publ icado por AiSUR para el Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños X-ALT-DESC;FMTTYPE=text/html:
1523: el jefe indigen a Diriangén, al frente de guerreros dirianes y nagrandanos , enfrenta a los conquistadores españoles al mando de Gil González Dávila, en lo que es considerada como la primera manifestación de rebeldía contra l a conquista en lo que sería la llamada Provincia de Nicaragua y Costa Rica.
". Y en la historia de nuestros abuelos había un héroe, Diriangén, el primer guerrero que en la antigua Manquesa, y quizá en la América toda, enfrentó con flechas de hueso, lanzas de pedernal, y su indiscutible coraj e y el de sus guerreros, a las gentes barbadas de malos instintos montadas sobre alimañas, como describía la Anita Olivares, mi abuela, a los imperial istas de entonces.
Diriangén, mánqueme (jefe) chorotega, nació en 1 496. Según la educación tradicional de su raza, le correspondió a su madre instruirle en la historia de la tribu Chocho, de la que él y los suyos eran descendientes, y a los sacerdotes hablarle de la patria primitiva y lejana .
A Diriangén lo educaron de manera especial en las artes de la gue rra: esgrimía con singular maestría la espada de recia madera erizada de di entes de pedernal, y era el mejor arrojando macanas y lanzas. Muy joven con quistó el rango de ñeq –valiente guerrero –, permitiéndosele llevar el crán eo rapado, con un solo mechón central sobre la coronilla. En feroces batall as enfrentó a sus acérrimos rivales los nahuas, quienes se asentaron en Mas aya, Masatepe, Jinotepe, Ochomogo y Mecatepe, quienes por sus múltiples vic torias lo llamaron Diriangén, que significa señor de los dirianes, de los h ombres que viven en los lugares altos. Además de los nahuas, fue admirado y temido por los maribios y hasta por los lejanos matagalpas y misquitos.
Cuando los asuntos de su tribu se lo permitían, bajaba a la laguna de Diriá, y se dedicaba a la natación y la pesca, mientras a miles de leguas de distancia, Gil González, hidalgo de Ávila y protegido del Presidente del Consejo de Indias, lograba que el rey Fernando el Católico le diera la con cesión de varios navíos para el descubrimiento de las Islas de la Especierí a, todo lo necesario para el viaje, el título de Capitán General de la Arma da, la Cruz de Santiago y la orden para que Pedrarias le entregara los buqu es de Balboa y doce piezas de artillería. El 13 de septiembre de 1519, entr e la vocinglería de marineros borrachos y manos anónimas agitando despedida s, salió la expedición del puerto de San Lucas en las naves “Victoria”, “Sa nta María de la Merced” y “Santa María de la Consolación”. En su “Hist oria de Nicaragua”, José Dolores Gámez registró que en 1523 ocurrió una gue rra entre Diriangén y Tenderí, cacique de Nindirí, acontecimiento que oblig ó al conquistador a desviarse temporalmente hacia Imabite, capital de los n agrandanos, a orillas del lago Xolotlán.
En carta dirigida al rey F ernando el Católico, Gil González le detalla el encuentro: Parece que supie ron de mi otros caciques grandes y uno dellos que se dice Diriangén traxo c onsigo hasta quinientos hombres, cada uno con una pava o dos en la mano y t ras ellos diez pendones y tras ellos diez e siete mugeres todas casi cubier tas con patenas de oro y doszientas y tantas hachas de oro baxo... y más at rás cerca de sí y de sus principales venían cinco trompetas... y entraron a verme con las mugeres y el oro; mándeles a preguntar a qué venían y dixero n que a ver quien héramos, que les avían dicho que héramos una gente con ba rvas y que andábamos encima de unas alimañas; que por ver quien héramos y l o que queríamos venía a vernos...
Fue el 14 de abril de 1523. El re sto ya lo sabemos. El conquistador invitó al cacique a bautizarse. Éste pid ió tres días para pensarlo, tiempo que aprovechó para contarlos, observarlo s y organizar a cuatro mil guerreros con los que cayó sobre los invasores e l mediodía del sábado 17, obligando al agresor a suspender la conquista de Nicaragua. La renuncia de los caciques Nicoya y Nicaragua a los dioses tute lares –Tamagastad y Cippaltonatl – y su sometimiento al rey de España, fuer on motivos suficientes para que Diriangén los enfrentara e iniciara su luch a contra el invasor. Diriangén, amante de la libertad, la justicia y el dec oro, no se dejó seducir ni por el dios ni por las promesas de “las alimañas montadas sobre alimañas” y los enfrentó hasta su muerte. ¡Y cuánta razón t uvo el cacique!
Los historiadores concuerdan en fijar como lugar de su muerte, en 1523, en el sitio conocido como Llano de Cachimba Brava o Va lle de Mata Grande, cerca de la desembocadura del río Ochomogo en el Gran L ago de Nicaragua entre los actuales departamentos de Granada y Rivas.