La cantidad de gente que desconoce acerca del Mes de la Herencia Hispana o que ya comenzó, es bastante sorprendente.
Yo misma me sorprendo de la gran indiferencia con que incluso algunos amigos activistas de piel blanca no se preocupan siquiera en saber que quienes muchas veces comparten con ellos en manifestaciones y actividades, en efecto tienen un mes para celebrar en sus comunidades.
Es por esto que el Mes Hispano es necesario. Me criaron en una ciudad latina, en Miami, que se jacta de tener un 70 y tanto por ciento de población latina. Recuerdo que la migración implicaba aprender muchas cosas nuevas, una de esas cosas que aprendí es que era hispana y que teníamos un mes para celebrar todo lo relacionado con eso. En la escuela primaria a la que asistí, donde la mayoría éramos inmigrantes, el mes de Herencia Hispana nos dejara que fuésemos aún más latinos por un día. Traíamos las comidas tradicionales de nuestros lugares de origen, nos vestíamos con nuestros trajes tradicionales, comida y trajes típicos era sinónimo de este mes, y entonces no significaba mas que eso.
Entonces nos mudamos a Nashville y sentí la necesidad de demostrar mi latinidad en el Sur. Y para evitar que se me olvidara, pues cuando uno se rodea de otra cultura, hay que hacer todo lo que esté alcance de uno para mantener la propia, o esta se pierde. Por un lado, la población de latinos es cerca del 4 por ciento, entonces el Mes Hispano implicaba que podía ver y celebrar con nuestra creciente población, sin importar que me sintiera insignificante en Nashville. Además, si hablamos de asuntos raciales normalmente solo se habla de tensiones entre negros y blancos. En el sur parece que nada más importa y todos somos mexicanos. Durante el Mes Hispano podía recordar que éramos más que una comunidad monolítica y rebelarnos en nuestra identidad en conjunto.
Ahora, como adulta, el Mes de la Herencia Hispana significa que debo reprimir la estúpida categorización de comunidades enteras bajo un título que no todos hemos consentido en ser llamados: hispanos. Pero también reconozco que este mes puedo comportarme a mis anchas sin ofrecer disculpas y puedo llamar a capítulo a cualquiera que no sepa, porque es su privilegio el no saber, que este mes celebramos la diáspora indígena que es la latinidad en América del Norte, específicamente en Estados Unidos.
Llamo a este mes el Mes de La Raza, y también el Mes Latinx. Llamo este mes como quiera, porque aunque a veces rechazo la categorización “hispana” entiendo la necesidad de este mes. Este es el mes en el que les recuerdo y me recuerdo a mí misma que soy poderosa y resistente. Este es el mes para celebrar todos nuestros logros, a pesar del intento genocida y la colonización. El Mes Hispano es el mes del año en el cual te recuerdo osadamente que importamos y que existimos.
Se ha vuelto popular el adherirse a una audiencia latina, las empresas están creando sus “divisiones hispanas” y realizando el trabajo de mercadeo hacia nosotros de forma agresiva. El mes Hispano puede parecer retorcido en las tácticas subversivas para hacerte consumir y ser consumido, como cliente de las empresas así como de una etnicidad deseable, en general. En el corazón de este mes está escrito supervivencia y hay algunos de nosotros que necesitan de este mes, así que el Mes de la Herencia Hispana es nuestra salvación.
El mes es una necesidad y muchas instituciones están comenzando a entenderlo. En reconocimiento de nuestras propias existencias, este Mes Hispano no es sobre una comunidad sino de la aceptación y el darse cuenta de cuan vastas, complejas y variadas son nuestras culturas dentro de la narrativa latina.