Pasión, muerte y resurrección del Cacique Hatuey
Por: Reinaldo Bolívar
De la gran familia étnica arawak, provienen los taínos, aquellos de hablar dulce y “cantaíto”, según Fray Bartolomé de las Casas.
Varios grupos étnicos, además de su lengua nativa, aprendían la taína, quizá porque era la de un grupo que se extendía por gran parte del Caribe Insular, lo cual la hacía la lengua dominante o madre de la zona.
Sin saberlo, hablamos a veces taíno, por ejemplo, cuando buscamos una hamaca para un buen relax, o vemos las canoas que surcan los ríos, comemos papaya que es la lechosa; en nuestras comidas nunca falta el ají, aunque los más pequeños prefieren comer maní. Para los cubanos, es preferible un buen cohíba, aunque siempre alimenta más una batata, proveniente del conuco. Son todas palabras tainas asimiladas por el idioma español.
Cuba, Haití, Dominicana, Jamaica, Puerto Rico y las Bahamas son tierras taínas. El invasor cristiano español llegó por las Bahamas, y luego se dirigió a las grandes islas. Le encantó Quisquella, pero inmediato, le cambió el nombre a La Española, siguiendo las ordenes de sus reyes.
Los taínos eran excelentes agricultores. Cultivaban la mandioca y el maíz. Pero más que eso, estaban asombrosamente organizados. Sus jefes eran llamados “caciques”. Había cacique de jerarquías grande, mediana, pequeña, de acuerdo a las aldeas que tenían bajo su cargo. Cada cacique subordinado, según la línea de mando, trasmitía los mensajes de los caciques superiores. Esos recados, eran sagrados, porque provenían de los dioses.
Por ese origen divino de los mensajes, preferían la paz a la guerra. Usaban el tiempo en perfeccionar el modo de vida de bienestar. Como en construir sus bohíos y caneyes, en cultivar sus conucos. Se especializaron en la mandioca y sus derivados como el casabe “el pan de los taínos”. Esa raíz llamada mandioca o yuca, era tan importante, como el dátil para los pueblos árabes, o el maíz para los Mexicali. Por lo que tenía su dios el omnipotente “Yúcahu”. Yúcahu es inmortal, nadie puede verlo. Rige la cosecha y el infinito mar.