El 7 de junio de 1942, nació Muamar El Gadafi, el hombre cuyo pensamiento visionario convirtió a Libia en el país de mayor prosperidad en África. Hizo una revolución sin derramar una gota de sangre; ayudó a sus hermanos africanos para que salieran de la pobreza; financió en 15 % a la Unión Africana, cuya bandera actual fue diseñada por él; predicó el panafricanismo y panarabismo; antes de su magnicidio propuso la creación de la Organización del Atlántico Sur (OTAS), que consistía en el desarrollo comuicaional, aereo, maritimo y satelital de Nuestra Amércia y África, una moneda y pasaporte común. En 2009 fue a la ONU por primera vez a cuestionar un sistema excluyente de los países del Sur, y tocó tierra venezolanas para encontrarse con Hugo Chávez en la II Cumbre América del Sur - África. Su Libro Verde, donde conjuga la manera de hacer un socialismo productivo y popular debería objeto de estudio. Fue asesinado vilmente, sometido hasta el último segundo de su vida al suplicio y la indignidad. Una mujer del imperio, en nombre de Obama ("mi hijito africano" como lo llamó Gadafi) se burló de su asesinato, y confesó su culpa con un "Vine, ví y murió, jajaja".
Gadafi combatió gallardamente hasta el final; vió como asesinaban uno a uno a sus hijos para hacerlo sucumbir, no lo doblegaron. Estuvo a punto de ganar la guera contra los traidores cuando la OTAN, apuntalada por Francia, inició los inmisericordes bombardeos sobre militares, carreteras, sistemas de agua, universidades y ciudadades.
Fue traicionado por el grupo de siempre que se infiltra en la revolcuiones, las vive y luego las entregas. Nunca se rindió, tal como Salvador Allende en Chile, murió peleando. Sabedor de su destino, meses antes de su magnicidio, tal vez, el más grande asesinato cometido en África, homicidio aún impune, dejó a su gente, a los hombres y mujeres de buena voluntad de la humanidad su testamento, otra lectura obligada, diría ALí Primera "Canción para los Valientes", Gadafi fue un valiente, algún día la historia lo absorverá:
Testamento de Muamar El Gadafi
Fundador de la Gran Yamahiriya Árabe Libia Popular Socialista
En nombre de Alá, el benevolente, el misericordioso…
Durante 40 años, o fue más, no lo recuerdo, hice todo lo posible por dar a la gente casas, hospitales, escuelas, y cuando tenía hambre, le di alimento, incluso convertí Bengasi en tierra cultivada desde el desierto, resistí ataques de ese cowboy Reagan, cuando mató a mi hija huérfana adoptada , trataba de matarme a mí, en su lugar mató a esa pobre niña inocente, luego ayudé a mis hermanos y hermanas de África con dinero para la Unión Africana, hice todo lo que podía para ayudar que la gente comprendiera el concepto de la verdadera democracia, en la que comités populares dirigían nuestro país, pero nunca fue suficiente, como algunos me dijeron, incluso personas que tenían casas con diez habitaciones, trajes nuevos y muebles, nunca se dieron por satisfechas, tan egoístas que querían más, y dijeron a estadounidenses y a otros visitantes, que necesitaban “democracia” y “libertad”, sin darse cuenta jamás que era un sistema desalmado, donde el perro más grande se come al resto, pero les encantaban esas palabras, sin darse cuenta jamás de que en EE.UU., no había medicinas gratuitas, ni hospitales gratuitos, ni viviendas gratuitas, ni educación gratuita, ni alimentos gratuitos, excepto cuando la gente tiene que implorar y hacer largas filas para conseguir sopa, no, no importa lo que hiciera, nunca era suficiente para algunos, pero para otros, sabían que yo era hijo de Gamal Abdel Nasser, el único verdadero líder árabe y musulmán que hemos tenido desde Saladino, cuando reivindicó el Canal de Suez para su pueblo, como yo reivindiqué Libia para mi pueblo; fueron sus pasos los que traté de seguir, para mantener libre a mi pueblo de la dominación colonial – de ladrones que querían robarnos.
Ahora me ataca la mayor fuerza en la historia militar; mi hijito africano, Obama, quiere matarme, arrebatar la libertad a nuestro país, quitarnos nuestra vivienda gratuita, nuestra medicina gratuita, nuestra educación gratuita, nuestros alimentos gratuitos, y reemplazarlos por hurto al estilo estadounidense, llamado “capitalismo”, pero todos nosotros en el Tercer Mundo sabemos lo que eso significa: significa que las corporaciones dirigen los países, dirigen el mundo, y la gente sufre, por lo tanto no me queda alternativa, tengo que resistir, y si Alá lo quiere, moriré siguiendo su camino, el camino que enriqueció a nuestro país con tierra cultivable, alimentos y salud, e incluso nos permitió ayudar a nuestros hermanos y hermanas africanos y árabes a trabajar aquí con nosotros, en la Jamahiriya Libia.
No deseo morir, pero si llega a suceder, para salvar a este país, mi pueblo, a todos los miles que son mis hijos, que así sea.
Que este testamento sea mi voz ante el mundo: que combatí contra los ataques de cruzados de la OTAN, combatí contra la crueldad, combatí contra la traición, combatí a Occidente y sus ambiciones colonialistas, y que permanecí junto a mis hermanos africanos, mis genuinos hermanos árabes y musulmanes, como un fanal de luz, cuando otros estaban construyendo castillos. Viví en una casa modesta, y en una tienda de campaña. Nunca olvidé mi juventud en Sirte, no gasté alocadamente nuestro tesoro nacional, y como Saladino, nuestro gran líder musulmán, quien rescató Jerusalén para el Islam, tomé poco para mí….
En Occidente, algunos me han llamado “loco”, “demente”, pero conocen la verdad, pero siguen mintiendo; saben que nuestro país es independiente y libre, que no está en manos coloniales, que mi visión, mi camino es, y ha sido claro para mi pueblo: que lucharé hasta mi último aliento para mantenernos libres, que Alá todopoderoso nos ayude a permanecer fieles y libres.
Coronel Muamar El Gadafi, 5 de abril de 2011