Dos días después del golpe del domingo que derrocó al presidente Alpha Conde, los guineanos en la capital estaban tratando de volver a su vida normal.
Clientes y vendedores abarrotaron este martes un mercado en Conakry, donde uno de los principales temas de conversación fue la crisis política en el país de África Occidental.
"Hemos estado sufriendo en el pasado gobierno", dijo Fatmata Diallo, quien vende leche de vaca.
"Estamos muy felices por este cambio", agregó.
Muchos esperaban que las históricas elecciones de 2010 en Guinea finalmente le dieran al país de África Occidental un líder democrático después de décadas de dictadura corrupta.
En cambio, Conde decidió quedarse por un tercer mandato, modificando la constitución para que el límite de mandato ya no se aplicara a él.
Su plan para extender su gobierno provocó violentas protestas callejeras en Conakry el año pasado, y finalmente selló el destino de Conde como vulnerable al tipo de golpe militar que muchos esperaban que se convirtiera en una cosa del pasado.
Los guineanos jubilosos estaban celebrando el cambio en las calles, pero la verdadera prueba podría ser si las fuerzas leales al presidente derrocado aceptan el golpe de Estado liderado por el coronel Mamady Doumbouya.
Los nuevos líderes militares buscan reforzar su control sobre el poder y están ordenando a los soldados del presidente depuesto que se les unan.
Doumbouya también prohibió a los funcionarios del gobierno salir del país y les ordenó que entregaran sus pasaportes y vehículos gubernamentales.
Los gobernadores de Guinea han sido reemplazados por comandantes militares regionales seleccionados por la junta.
La comunidad internacional ha pedido a la junta que libere de inmediato a Conde y el bloque regional de África Occidental conocido como ECOWAS ha amenazado con sanciones económicas si no se satisface la demanda.
Fuente: Africa News
Publicado por AiSUR