La pasada semana se dio el pistoletazo de salida a la campaña presidencial en Nigeria. Durante un período de 5 meses el Congreso de Todos los Progresistas (APC), actual partido gobernante, tendrá que enfrentarse al Partido Democrático Popular (PDP), principal partido de la oposición. Además, el actual presidente y líder de APC, Muhammadu Buhari, dejará el cargo a sus 79 años, lo que supone un cambio de estrategia para la organización política.
La tarea para el próximo presidente no va a ser fácil. Nigeria se encuentra en plena lucha contra el yihadismo, la recesión económica, una pronunciada caída del precio del petróleo, el colapso de la red eléctrica y la inflación de los precios, sobre todo en productos básicos. Además, a todo ello se suma la amenaza de inestabilidad tras la marcha de Buhari.
Los dos principales candidatos son septuagenarios adinerados, por lo que se teme por su seguridad en un país donde los secuestros son comunes. Además, también entran en liza otros 18 candidatos, de menores recursos y alcance político, entre los que solo encontramos a una mujer. Las esperanzas están puestas en el desarrollo de una campaña pacífica, que se va a efectuar bajo las tensiones producidas por los conflictos étnico-religiosos del país, el yihadismo y la difícil situación económica.
Fuente: Fundacion Sur
Publicado por AiSUR
Premio Nacional de Periodismo Necesario Anibal Nazoa 2020