Nelson Mandela y Fidel Castro Ruz
En 1990 el luchador Nelson Mandela es liberado en Sudáfrica, gracias a una intensa campaña internacional que colocaba al régimen del apartheid a vivir sus últimos días. Pero fue sin duda la participación cubana en Angola y la decisiva victoria obtenida en la batalla de Cuito Canavale en 1987 la que hizo trastabillar al oprobioso régimen de segregación racial que gobernaba entonces en Sudáfrica, obligándola a sentarse en una mesa de negociación.
Ahí se selló una gran victoria para los pueblos africanos: el cese de hostilidades en Angola, la independencia de Namibia y la transición hacia un proceso electoral inclusivo en Sudáfrica. Es por ello que, una vez liberado, Mandela realiza su primera visita al exterior precisamente a Cuba.
Ahí, en la Plaza de la Revolución de La Habana, ante una multitud entusiasta, al lado de Fidel, Mandela expresó todo su agradecimiento, así como el del pueblo sudafricano, a la ayuda aportada por el gobierno y el pueblo revolucionario de Cuba, para la liberación de todo un continente.
Pero la ayuda cubana no sólo se restringió a estos tres países, ahí donde hubiese opresión, Fidel y la Cuba revolucionaria estaban dispuestos a dar su vida por la liberación de los pueblos. Es por eso que también participaron en la liberación de Guinea Bissau, Cabo Verde, Zimbabue y Mozambique, pero también en Etiopía o en la República Saharaui estuvieron presentes.
La ayuda no sólo era militar, sino también técnica, desde personal de salud hasta ingenieros civiles, participando activamente en la construcción de las nuevas naciones, como hicieron en el Congo, Benín, Ghana, Guinea, Mali y tantos otros. Por eso el reconocimiento de los países africanos hacia Cuba es firme y sincero, y por eso África también se viste de luto por esta triste noticia.
Podríamos resumir ese pesar en las palabras del presidente ghanés Jhon Dramani Mahma: “Camarada Fidel Castro siempre permanecerá en nuestros corazones y pensamientos, ayudó a mejorar el mundo”, o las palabras del presidente angolano José Eduardo Dos Santos: “Fidel Castro fue una figura sin igual que marcó una época por el papel jugado en su país y en las grandes transformaciones de la humanidad, en pro de la libertad, la justicia social y el desarrollo de los pueblos”.
Este internacionalismo sería uno de los sellos de Fidel y de la revolución cubana que, incluso en los momentos más difíciles no ha dejado de ofrecer su ayuda desinteresada e incondicional a los pueblos del mundo.
Comandante Fidel Castro y Amílcar Cabral dirigente revolucionario de Guinea Bisáu y Cabo Verde
Su internacionalismo también se ha traducido en la formación de jóvenes de los cinco continentes en Cuba, llegando a formar más de 40 mil profesionales, la mayor parte de ellos médicos. Así como los miles de médicos cubanos que parten en misión internacionalista, a salvar vidas en todo el mundo.
Fidel sabía que la unidad de los pueblos del Sur era fundamental no sólo para su subsistencia como nación, sino para lograr la soberanía política y el mejoramiento de la vida de estos. Por ello impulsó el Movimiento de Países No Alineados, del cual La Habana fue sede en dos oportunidades.
Con el comandante Chávez entabló una relación profunda de amistad, que en lo político se tradujo en la creación de la CELAC y del ALBA-TCP, importantes mecanismos de integración de América Latina y el Caribe.
Ese es el socialismo que pregonaba Fidel y que desde Cuba sigue iluminando al mundo entero.