Dos años después del inicio de la histórica normalización entre EE.UU. y Cuba, el Gobierno del presidente Barack Obama asegura que ha hecho todo lo posible para sellar la apertura y advierte a su sucesor, Donald Trump, de los riesgos de dar marcha atrás.
El 17 de diciembre de 2014, Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, anunciaban al mundo un acuerdo que se ha traducido en aumentos de viajes, intercambios, negocios y remesas entre los dos países, la reapertura de las embajadas tras más de medio siglo de enemistad y el colofón de la histórica visita del mandatario estadounidense a la isla en marzo pasado.