Al menos 23 personas murieron en Níger después de las lluvias torrenciales que caen desde junio de este país del desierto, la ONU anunció el miércoles en Niamey.
"A partir del 10 de julio, 2.405 hogares se vieron afectados por las inundaciones y el número de muertes es de 23 en todo el país", dijo en su sitio web de la Oficina Humanitaria de la ONU (OCHA) en Niamey.
En la región de Tahoua (oeste), las inundaciones también han arrasado 4.000 cabezas de ganado, en el año 2016 una región alcanzó una epidemia de fiebre del valle del Rift, "muchos muertos animales ensucian las charcas" de donde se suministra de agua a parte de la población, esto amenaza con la aparición de enfermedades como la cólera, advierte la ONU.
La capital, Niamey, donde nueve niños murieron en junio en el derrumbe de casas, y las regiones de Tahoua y Tillabéri (oeste) son los más afectados por las zonas climáticas.
En muchas partes del país, las aguas también han causado grandes daños en tiendas y campos de maíz destruidas y huertos.
A mediados de mayo, la ONU había dado la voz de alarma sobre los riesgos de nuevas inundaciones de este año, y que podría afectar a "más de 106.000 personas".
Níger y sus socios ya han desarrollado un "plan de apoyo" de 6,5 millones de dólares para las personas que se verán afectadas por el clima, proporciona la ONU.
Algunas de las víctimas ya han recibido "asistencia de emergencia", pero otros "aún no han recibido nada", En Niamey, algunas personas sin hogar viven en las escuelas.
En 2016, al menos 50 personas murieron en las inundaciones que habían afectado a 145.000 personas, especialmente en las regiones desérticas de Agadez y Tahoua.