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Rostros Revolucionarios: Thomas Sankara, el joven presidente de los pobres

Colección "Rostros Revolucionarios" del Centro de Saberes Africanos, Americanos y CaribeñosColección "Rostros Revolucionarios" del Centro de Saberes Africanos, Americanos y CaribeñosIlustración: Jorge Cruz.

Te invito a dar un vistazo retrospectivo para aprender las lecciones necesarias y determinar correctamente las tareas revolucionarias que se plantean actualmente y en el futuro próximo. Equipándonos de una opinión clara del camino de los acontecimientos, nos consolidaremos más en nuestra lucha contra el imperialismo y contra los reaccionarios a las fuerzas sociales del cambio.

Thomas Sankara

En 1983, un joven capitán de 34 años llega a la presidencia de un país en África Occidental llamado Alto Volta. Si buscan en un mapa actualizado de África, no encontraran ese país. No, porque un año después, en un acto revolucionario que reivindicaba la historia, el joven Presidente Thomas Sankara cambió aquel nombre por el de Burkina Faso.

Burkina en lengua local Mossi significa Patria y Faso, en la otra lengua local Dyula, quiere decir íntegro, es decir Burkina Faso es “Patria de hombres íntegros”. Porque para Thomas Sankara, cada palabra que describa al país, a su gente debe tener una connotación nacional.

Alto Volta fue el nombre que dieron a ese país los usurpadores franceses. Volta denomina tres ríos Alto Volta, Volta Rojo, y Volta Negro, denominaciones dadas por los colonizadores, por el cual el nuevo nombre, Burkina Faso, significaba una ruptura con el imperio francés, una valoración necesaria de la identidad nacional.

Thomas Sankara (1949), llamado también el Che Guevara de África, estudió artes militares en Madagascar, la mayor de las islas africanas, allá siempre estuvo entre los primeros estudiantes. Se interesó en las revueltas de Madagascar y se acercó a los profesores marxistas de las universidades. Se convirtió en un estudioso de la historia de la colonización, de la economía y la sociología.

Analizaba, con la vista puesta en su país, las distintas revoluciones del continente y del mundo del sur. Repetía convencido, que si bien a Alto Volta, le habían concedido la independencia, no la había alcanzado, ni la alcanzaría mientras estuviera sumida en la miseria, ni tutelado por el imperio.

Al regresar a su país, se integra al ejército y allí funda un núcleo de oficiales progresistas que se dedica al análisis de la sociedad y a la formación continua. Decía Sankara que “un militar sin formación es un asesino en potencia”. Era Sankara un joven ilustrado, no un improvisado.

Al describir la revolución en su país afirmaba:

Nuestra revolución en Burkina Faso se inspira en todas las experiencias de los hombres desde el primer aliento de la humanidad. Queremos ser los herederos de todas las revoluciones del mundo, de todas las luchas de liberación de los pueblos del Tercer Mundo. Sacamos lecciones de la Revolución Americana. La Revolución Francesa nos enseñó los derechos del hombre. La gran Revolución de Octubre permitió la victoria del proletariado e hizo posibles los sueños de justicia de la Comuna de París.

Fue Tom Sank (así lo llamaba el pueblo y los estudiantes), un político hábil que recurría a símbolos, a los gestos, a las señales. Al llegar a la presidencia hizo vender la limusina presidencial y comprar un modesto Renault 5, el más barato del mercado. De esa manera, daba entender que llegaba un nuevo estilo de gobernar un país en donde los últimos gobernantes se comportaban como reyes. 

Sankara lucha a fondo contra la corrupción y el nepotismo

Hasta su propia madre continuó trabajando en el mercado de especies de Uagadugú y ningún miembro de su familia ocupó altos cargos del gobierno central. Su lema era que todo centavo del erario público se usará para bienestar del pueblo.

Al morir, apenas había en su cuenta corriente menos de un mes de sueldo (el mismo que devengaba como capitán), y su pequeña vivienda, adquirida a crédito, todavía tenía deuda por pagar. Sus posesiones totales, de acuerdo a un tribunal la constituían un automóvil viejo, cuatro bicicletas muy viejas, tres guitarras, una nevera y un congelador descompuesto. Fue el presidente más pobre del mundo

La conducta de Tom Sank, no se concebía en un África en el cual habían aparecido elites corruptas subordinadas a los imperios, por lo que jóvenes, estudiantes y pobres de todo el continente vieron en Sankara el modelo de presidente que querían para su pueblo.

Logros de la revolución socialista de Sankara

Junto a los símbolos marchaban en paralelo los hechos positivos. En el campo de la educación, una disminución sin precedente del analfabetismo y el decreto de instrucción escolar en los nueve idiomas indígenas del país; en la salud, vacunación masiva contra enfermedades pandémicas de más de un millón de infantes; en igualdad, incorporación de la mujeres a la administración pública –en 1984 Sankara decreto el año de solidaridad con las madres, llamó a los hombres cocinaran en lugar de sus esposas; y el desfile de segundo año de la revolución, en 1985, fue solo de mujeres-.

Para una África que ya estaba acosada por el SIDA y con ritos brutales como la ablación, Sankara fue el primer presidente en dar plenos derechos a las mujeres, aboliendo esas prácticas, atendiendo a los enfermos con SIDA, e incorporando a la mujer a la vida política; la guardia personal del Presidente era también de mujeres. Dijo Sankara:

Para ganar una lucha que es común a la mujer y al hombre hay que conocer todos los detalles de la cuestión femenina, tanto a nivel nacional como universal, y entender que la lucha de la mujer burkinés se junta a la lucha universal de todas las mujeres, y, más en general, a aquella por la rehabilitación total de nuestro continente.

En economía, hizo el reparto de tierras entre los campesinos, la creación de micro empresas, aumento de la producción. Con su campaña “consumamos burkinés” logró aumentar la producción textil de su país y nacionalización de todos los recursos minerales; en hábitat, realiza una construcción masiva de viviendas; en solidaridad crea un fondo contra la pobreza con fondos provenientes de aportes porcentuales de los sueldos de los altos funcionarios del ejecutivo. En el área ecológica, se empeñó en detener la desertificación que acosaba y acosa a Burkina.

Para cargar contra el joven líder, que podía convertirse en un ejemplo a seguir por la sub región, optaron por el magnicidio para sacar del medio al revolucionario. Su muerte, con tan sólo 37 años, desencadenó una gran confusión en África.

Su mítico nombre pasó a denominar universidades, campus, residencias o comedores fueron rebautizados por los estudiantes, que consideraba a Tom Sank un paradigma estudiantil.

El recuerdo de la obra de Sankara, a 29 años de su asesinato, permanece vivo en África

Yo quisiera dejar detrás de mí la convicción de que si mantenemos cierta cantidad de precaución y de organización merecemos la victoria… No puedes realizar el cambio fundamental sin cierta dosis de locura. En este caso, viene de la inconformidad, el valor de dar vuelta al pasado, de viejas fórmulas, el valor de inventar el futuro. Emulemos a los locos de ayer para poder actuar con claridad extrema hoy. Deseo ser uno de esos locos. Debemos atrevernos a inventar el futuro. (TS, 1985)

En la tumba de Thomas Sankara, una fosa común que comparte con gente humilde, se lee la frase “La Patria o la muerte, nosotros venceremos”, que pronunciara el mártir revolucionario durante la Asamblea General de la ONU en 1984.

Venceremos Thom Sank, venceremos.

 

La Carta de Chávez a África

El último documento público del Presidente Hugo Chávez, quien murió el 5 de marzo de 2013, fue una carta dirigida a la Cumbre de Países América del Sur – África, realizada en febrero de ese año en Guinea Ecuatorial.

Una semana después de la muerte del líder suramericano, un vídeo grabado por jóvenes de Burkina Faso en la Universidad de Ouadalogu y la Radio Campus sacude a los usuarios de Internet.

El documental de unos doce minutos, titulado “Carta de Chávez a África” comienza con un ejecutor de la Kora, quien canta a Sankara. Luego un profesor, que se identifica como el jefe del Departamento de Comunicación de la universidad, explica que Chávez se acaba de ir y están allí para hablar de su gran obra.

Seguidamente, mientras se presentan imágenes acordes con el contenido de la carta, la voz del profesor, acompañado de la música de la kora va declamando el documento. El recital concluye con una joven mujer que lleva a su bebe a la espalda, envuelto en el tricolor venezolano, que al llegar a la tumba humilde de Sankara coloca la bandera de Venezuela.


Tomado de Africa Revolucionaria, 3ra. edición. Autor: Prof. Reinaldo Bolívar, Director-Fundador del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños
Observatorio de Medios del Centro de Saberes Africanos, Americanos y Caribeños

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