Nochebuena Negra
De Juan Pablo Sojo
Curiepe Venezuela
La tarde llegaba con sus vaharadas cálidas, sus mil píos entre los árboles. El rumor lejano y ronco de las aguas del río, se mezclaba al ruido sordo y vasto de las hojas, que en las haciendas, eran como un mar inmenso y calmo.
Los peones dejaron el trabajo y fuéronse a sus ranchos, cantando y riendo. El alma de los negros es como el alma de las fuentes cantarinas, clara y bullidora.
Aquí le dejamos el enlace a la obra cumbre del venezolano Juan Pablo Sojo. Una lectura obligada para toda persona relacionadada con la africanidad y la negitud.
Juan Pablo Sojo nació en Curiepe, en el Estado de Miranda, Venezuela, el 23 de diciembre de 1907. Escritor y periodista, se ha destacado por sus aportes a los estudios de la cultura venezolana, en particular el habla y la cultura proveniente de la tradición de origen africano en el país. Al momento de su muerte, en 1948, ocupaba el cargo de jefe de la Sección de Folklore Literario del Servicio de Investigaciones Folklóricas Nacionales de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación.
Sojo ha producido una obra variada y muy prolífica, que incluye poesía, cuentos, novela, ensayos académicos y artículos periodísiticos. Publicó artículos en El Universal, El País, El Nacional, Ahora, El Heraldo y en revistas especializadas: Venezolana de Folklore, Cuadernos Literarios de la Asociación de Escritores de Venezuela, Archivos Venezolanos de Folklore, Cuadernos Tierras del Estado Miranda.
Su novela Nochebuena negra es su obra más conocida. Uno de los méritos principales de este libro es el lenguaje. Sojo construye la obra a partir de elementos telúricos y de la fauna y la flora barloventeñas. Allí se confunden o se reflejan mutuamente la fruta del cacao y el sexo femenino. Un soplo de erotismo mantiene en vilo a los personajes y el autor articula expresiones que reponen con magia los encuentros sensuales en los campos, los ranchos abandonados y los rincones de las casas. Se puede decir que el sexo y la naturaleza confluyen con sus manifestaciones la vida de los hombres y mujeres que laboran, cantan y bailan, celebran sus ritos, atienden a sus quehaceres y cumplen con sus obligaciones o las evaden.
La sensualidad y el lirismo alientan el lenguaje de Juan Pablo Sojo, que aparece vital y telúrico, mestizo y negro.
Cuatro vasos bien cargados de amargo de berros vaciaron los músicos, y enseguida comenzó el baile. El tan tan de la tambora retumbaba dies tramente, mientras el furruco contrapunteaba con sus lujuriosos lamentos de bestia humana. El cuatro alegre y saltarín cantarineaba y la risa nerviosa de las maracas llovía sobre el ritmo del son que parecía aguinaldo o tango. La india Luisa Sinza, con su cintura latigueante y un pañuelo de seda verde en la mano, y la negra Teodora, esbelta, ágil, de dientes nacarinos y perfumada de patchouli, me neando majestuosamente sus nalgas combas, avanzaron al centro de la sala golpeando a compás las palmas de las manos…
¡San Pascual, eleoló!
¡San Pascual, eleoló!…Hombres y mujeres bailaban sueltos, golpeando las manos; las hembras recogiendo el camisón; los hombres con rápidos esguinces buscándoles el frente, que ellas les ofrecían el flanco en un meneo violento…
¡Ay!, todos, todos, todos los negros
me buscan a mí…!
¡San Pascual, eleoló!…
¡San Pascual, eleoló!
Si la calleante viera
y la víbora escuchara,
qué gentío no muriera
si esa bicha los picara…¡San Pascual, eleoló…!
¡San Pascual, eleoló!…
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Publicado por AiSUR