Somalia un país devastado por las querellas étnicas el despotismo y la ambición occidental
Una carrera contra el tiempo en la que rivalizan violencia e intención política de celebrar elecciones presidenciales, se escenifica en Somalia, país que perdió credibilidad en el ámbito internacional.
El resultado de ese enfrentamiento, deberá dar paso a una redefinición de lo que expertos y politólogos consideran un Estado fallido, mientras que la vida impone sus reglas de juego en un ámbito muy golpeado por la sequía, las hambrunas, la piratería y, sobre todo, una guerra que cumplió 25 años.
Somalia es uno de los casos más complejos en el ajedrez mundial, por concentrar muchas contradicciones en su estructura social, entre ellas las pugnas entre clanes y comunidades, como ocurre entre facciones de las regiones semiautónomas de Puntlandia y Galmudug.
La disputa por la jurisdicción de la ciudad de Galkayo, compartida por las dos partes, es un botón de muestra en el panorama somalí, porque ese forcejeo ocurre cuando se teme una escalada en el conflicto armado que centra la crisis político-militar, cuyos protagonistas —Al Shabab y el Gobierno— identifican como un duelo a muerte.
Ubicación geográfica de Somalia
Así, entre atentados de comandos suicidas de la guerrilla y operaciones de aniquilamiento del Ejército Nacional, llega un anuncio espectacular: el país se propone realizar elecciones presidenciales el 30 de noviembre.
La realización de los comicios es en cumplimiento de la Declaración de Mogadiscio del Foro Consultivo Nacional, emitida el 16 de diciembre de 2015, y el actual mandatario Sheik Mohamed Mohamud confirmó que se efectuarían, para lo cual confía en el respaldo de la Unión Africana (UA), Estados Unidos y Europa. Esa consulta es indirecta y es parte del proceso electoral que definirá la composición del Parlamento Bicameral (275 miembros de la Cámara del Pueblo y 54 de la Cámara Alta), para pasar a la elección del presidente el 30 de noviembre, lo que en teoría deberá poner fin a la transición institucional.
No obstante las críticas que puedan surgir, tras casi tres décadas sin elecciones, existen aspectos positivos: en la construcción del Parlamento se le otorgará un por ciento de escaños a las mujeres. Este plan culminará con la elección del presidente y ya algunos vaticinan la relección de Mohamud.
La ONU, la UA, la Unión Europea y la Autoridad Intergubernamental para el Desarrollo, Estados Unidos y el Reino Unido, se pronunciaron porque la consulta tenga: “Máxima integridad técnica, la uniformidad y la transparencia que son varas de medir críticamente la credibilidad del proceso electoral 2016”.