Fernando Ortiz
Devenido uno de los intelectuales más influyentes en la cultura cubana hasta la fecha, el etnólogo Fernando Ortiz destacó por su obra multifacética y transgresora capaz de deslindar las premisas de la identidad nacional.
A 138 años del natalicio y en el 50 aniversario de la muerte, sus textos continúan vigentes e integran hoy la lista de Patrimonio Cultural de la Nación por sus valiosos aportes al conocimiento de la identidad en la isla y especialmente del componente de origen africano.
El antropólogo, jurista, arqueólogo y periodista ha sido considerado como el tercer descubridor de Cuba y sus estudios siguen presentes en el ideario del país caribeño, por lo cual era inevitable la reciente declaratoria del Consejo Nacional de Patrimonio Cultural.
Para esta nueva etapa, instituciones como la Biblioteca Nacional José Martí, el Instituto de Literatura y Lingüística, la Casa de África, el Museo Nacional de la Música y la Fundación Fernando Ortiz, tienen la responsabilidad de garantizar la custodia, preservación, y difusión de la obra orticiana.
Ortiz quien describió la nacionalidad cubana como un gran ajiaco compuesto por las más diversas influencias culturales, reveló valiosas claves para comprender el significado de la palabra identidad y realizó notables aportes a las ciencias sociales con sus investigaciones.
Sus escritos ayudaron a comprender las características de la sociedad independientemente de la época, por su perenne búsqueda de las raíces, pues para él indagar sobre quiénes somos y de dónde venimos, constituía el primer paso para gozar de la libertad de escoger nuestro propio futuro.
Una de sus posturas más vigente tiene base en el antiimperialismo, mientras su mayor aporte radica en el concepto de transculturación, tema que introdujo en el libro Los Negros Brujos y el cual concretó con la publicación de Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar.
La obra del antropólogo no se ha quedado anquilosada en el tiempo pues ha conectado con el mundo gracias a organizaciones como la Fundación Fernando Ortiz, la cual propició la incorporación del país al proyecto La Ruta del esclavo, visibilizando así este mecanismo de opresión y sus consecuencias.
Su posición en defensa de la causa de los negros, así como su reivindicación de la herencia indigenista, sitúan a Ortiz como un representante del antirracismo, lo cual se evidencia en su texto El engaño de las razas.
Desde el punto de vista de los estudios arqueológicos realizó notables aportes relacionados con las culturas aborígenes de Cuba como la Historia de la arqueología indocubana y Las nuevas orientaciones de la prehistoria cubana.
Por otra parte, abordó temas relacionados con grupos étnicos de procedencia africana, como Los negros esclavos, el Glosario de afronegrismos, La africanía de la música folklórica de Cuba y Los bailes y el teatro de los negros en el Folklore de Cuba.
Una gran cantidad de revistas tuvieron su sello como fundador y editor, en tanto colaboró con numerosos órganos de prensa nacionales y extranjeros.
Entre sus obras más conocidas resaltan también Un catauro de cubanismos. Apuntes lexicográficos; Los factores humanos de la cubanidad; Martí y las razas; El huracán, su mitología y sus símbolos; La Â'tragediaÂ' de los ñáñigos; Los instrumentos de la música afrocubana e Historia de una pelea cubana contra los demonios.
La lista de Patrimonio Cultural de la Nación integra una treintena de manifestaciones artísticas, colecciones discográficas, de carteles y literarias, pertenencias de figuras emblemáticas de la intelectualidad cubana, fiestas populares, saberes y ceremonias tradicionales en la isla.
Destacan entre los ejemplos ritmos como el changüí, el danzón, el son, la rumba y el repentismo, las colecciones musicales del archivo de la Egrem, el Ballet Nacional de Cuba y su repertorio y la obra literaria, bienes e inmueble pertenecientes a Alejo Carpentier.
Asimismo figuran en listado las Charangas de Bejucal, el Carnaval de Santiago de Cuba, las Parrandas de la región central de la isla, el Cañonazo de las Nueve, el Ã'rgano oriental, los saberes de los maestros roneros, y las lecturas de tabaquería.
