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Política

Zona de Paz: América Latina y el Caribe frente al injerencismo gringo

América Latina y el Caribe como zona de paz. Foto CELAC HondurasAmérica Latina y el Caribe como zona de paz. Foto CELAC Honduras

Ante las nuevas amenazas imperialistas de Trump, América Latina y el Caribe ratifican su condición de ser Zona de Paz.

En los primeros días de agosto de 2025 el presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó en secreto una directiva para que el Pentágono pueda usar a las fuerzas armadas en el combate a cárteles, considerados como organizaciones terroristas por Washington.

La medida tiene lugar un día después de que la Casa Blanca informase que aumentaba la recompensa a 50 millones de dólares a quienes aporten información que contribuyan con la captura del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, a quien acusa sin pruebas, de tener vínculos con el Tren de Aragua y el Cártel de Sinaloa, ambas declaradas por Washington como “organizaciones terroristas” y agregó al Cártel de los Soles, una organización cuya existencia no ha sido comprobada, a la vez que señala al presidente venezolano como líder de esa organización.

El ministro de Interior, Justicia y Paz de Venezuela, Diosdado Cabello, se refirió a la inexistencia de pruebas sobre la presunta organización y consideró al Cartel de los Soles como una invención: “No sé cuántos años tienen desde que inventaron eso, y en ese tiempo le han puesto como 300 jefes; cada vez que alguien les molesta, lo presentan como jefe del Cartel de los Soles”.

El Departamento de Defensa de los Estados Unidos (EE.UU.) habría ordenado el despliegue de fuerzas aéreas y navales en el sur del mar Caribe, presuntamente para combatir cárteles del narcotráfico, según dos altas fuentes del Pentágono citadas por la prensa local.

La medida, ratificada por el secretario de Estado, Marco Rubio, forma parte de una política de presión de un ala de la Administración Trump, que autoriza el uso de fuerza militar contra grupos designados como supuestas organizaciones terroristas, con foco en países como México y Venezuela.

Sin embargo a esta hora, ni el Pentágono ni el Comando Sur de Estados Unidos han revelado información concreta sobre el supuesto despliegue militar norteamericano en el Caribe, proyectado hacia Venezuela.

Para el analista William Serafino “todo apunta a una psyop galvanizada por Reuters y apalancada por Marco Rubio, con un doble objetivo de presión. Por un lado, busca forzar a Trump a hablar de Venezuela exclusivamente en términos de fuerza. Por otro, pretende que el extremismo aproveche el momentum para desestabilizar el país, similar a los ensayos armados que han sido desmantelados en el pasado”.

Esta nueva embestida de guerra psicológica se produce en un contexto regional donde la Derecha triunfa electoralmente en Bolivia y la derecha hondureña está abocada a una campaña de desinformación, denunciada por la Presidenta Xiomara Castro.

De todas formas, el Gobierno venezolano confirmó que tropas de la nación bolivariana se encuentran desplegadas en su mar territorial en el Caribe, en respuesta al supuesto envío de efectivos militares por parte de Estados Unidos (EE.UU.), bajo el pretexto de una supuesta lucha contra el narcotráfico.

“Nosotros también estamos desplegados. Estamos desplegados en todo el Caribe que nos corresponde en nuestro mar, propiedad, territorio venezolano“, afirmó el ministro de Interior, Justicia y Paz, Diosdado Cabello, quien negó las acusaciones que ha formulado EE.UU. contra Venezuela, tildándola de un territorio por donde pasa la droga con destino a la nación norteamericana.

La alianza continental ALBA Movimientos denunció el despliegue de fuerzas aéreas y navales anunciado por Estados Unidos (EE.UU.) en el sur del Caribe.

“Denunciamos que este operativo viene en una semana donde Donald Trump intensifica las amenazas y la desestabilización en contra de Venezuela, uno de los blancos prioritarios de Estados Unidos en la región”, subrayó la organización. Asimismo la organización hizo un llamado a los pueblos, movimientos y organizaciones del mundo a movilizarse, denunciar y exigir el retiro inmediato de estas fuerzas.

La vigente lucha por la Paz

Frente al asedio de la guerra psicológica, los pueblos resisten y proclaman su autodeterminación. América Latina y el Caribe continúan construyéndose porfiadamente como una zona de paz.

En el contexto actual, mientras resuenan los tambores de guerra en diversos puntos del planeta y avanzan los neofascismos, los gobiernos progresistas, movimientos sociales y partidos políticos de izquierda mantienen su compromiso con la paz. Estos actores han adoptado como bandera la proclama definida por la CELAC, consolidando una posición regional coherente frente a los conflictos globales.

El 29 de enero de 2014, en La Habana, Cuba, la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) emitió una proclama conjunta que ratificó el compromiso de sus países con los Propósitos y Principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas y el Derecho Internacional. Esta declaración reafirmó que la integración regional fortalece la visión de un orden internacional justo, fundamentado en el derecho y en una cultura de paz que excluye el uso de la fuerza y los medios ilegítimos de defensa, entre ellos las armas de destrucción masiva y, particularmente, las armas nucleares.

La proclama destacó la relevancia del Tratado de Tlatelolco para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe, que estableció la primera zona libre de armas nucleares en un área densamente poblada. Este instrumento representa una contribución significativa a la paz y la seguridad regional e internacional.

Asimismo, la declaración reiteró la urgente necesidad del Desarme Nuclear General y Completo, ratificando el compromiso con la Agenda Estratégica del Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en la América Latina y el Caribe (OPANAL). Esta agenda fue adoptada por los 33 Estados miembros del Organismo durante la Conferencia General de Buenos Aires, celebrada en agosto de 2013.

La proclama fue ratificada por Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela.

Los ocho puntos aprobados en dicha declaración establecen:

  1. El compromiso de los Estados de la región de continuar promoviendo el desarme nuclear como objetivo prioritario y contribuir con el desarme general y completo, para propiciar el fortalecimiento de la confianza entre las naciones.
  2. América Latina y el Caribe como Zona de Paz, basada en el respeto de los principios y normas del Derecho Internacional, incluyendo los instrumentos internacionales de los que los Estados miembros son parte, y los Principios y Propósitos de la Carta de las Naciones Unidas.
  3. Nuestro compromiso permanente con la solución pacífica de controversias a fin de desterrar para siempre el uso y la amenaza del uso de la fuerza de nuestra región.
  4. El compromiso de los Estados de la región con el estricto cumplimiento de su obligación de no intervenir, directa o indirectamente, en los asuntos internos de cualquier otro Estado y observar los principios de soberanía nacional, la igualdad de derechos y la libre determinación de los pueblos.
  5. El compromiso de los pueblos de América Latina y el Caribe de fomentar las relaciones de amistad y cooperación entre sí y con otras naciones, independientemente de las diferencias existentes entre sus sistemas políticos, económicos y sociales o sus niveles de desarrollo; de practicar la tolerancia y convivir en paz como buenos vecinos.
  6. El compromiso de los Estados de América Latina y el Caribe de respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural, como condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones.
  7. La promoción en la región de una cultura de paz basada, entre otros, en los principios de la Declaración sobre Cultura de Paz de las Naciones Unidas.
  8. El compromiso de los Estados de la región de guiarse por la presente Declaración en su comportamiento internacional.

CELAC es un espacio de los 33 países de América Latina y el Caribe. Foto: @celacppthn.CELAC es un espacio de los 33 países de América Latina y el Caribe. Foto: @celacppthn.

Los ecos de la proclama

El 26 de enero de 2024, en Panamá, el Parlatino evocó la proclama de 2014 y declaró:

“Actualmente, en América Latina y el Caribe, la paz está siendo amenazada desde dentro por conflictos internos de diversa índole, activados por la acción del crimen organizado, la delincuencia transnacional y la delincuencia común; y desde fuera, por fuerzas que vulneran la democracia en las relaciones internacionales, el derecho a la autodeterminación de los Estados y otros principios del Derecho Internacional.

DECLARA: Que ratifica en todos sus términos la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz.

Que renueva su mejor disposición para trabajar por la superación de los obstáculos a la paz en la región y el mundo, principalmente a través de sus órganos institucionales y de las comisiones interparlamentarias permanentes, con el valioso apoyo de los aliados estratégicos del Parlatino.

Que insta a sus Parlamentos miembros para que desarrollen todas las actividades necesarias para el logro de los principios y propósitos del Parlatino y de la Celac, en especial los declarados en la Proclama“.

Presidente de Brasil en cumbre de la Celac en Honduras. Foto Telesur.tvPresidente de Brasil en cumbre de la Celac en Honduras. Foto Telesur.tv

En abril del 2025 durante la apertura de la IX Reunión de la Cumbre de la CELAC, celebrada en Honduras, el Presidente de Brasil Lula Da Silva recordó la necesidad de fortalecer la unión de los países de América Latina y el Caribe ante el riesgo de regresar a la condición de zona de influencia, siendo la libertad y la autodeterminación los primeros elementos en verse afectados. Lula puso como ejemplo la preparación de otras regiones ante las transformaciones en curso, como Asia, con la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN), y la Unión Europea, con la reorganización de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

En ese sentido reforzó que es fundamental mantener a América Latina y el Caribe como una zona de paz mediante la recuperación de sus tradiciones diplomáticas. “No queremos guerras ni genocidios. Necesitamos paz, desarrollo y libre comercio. Mantener América Latina y el Caribe como una zona de paz significa trabajar para que el uso de la fuerza no prevalezca sobre la resolución pacífica de los conflictos. El multilateralismo se debilita cada vez que guardamos silencio ante las amenazas a la soberanía de los países de la región”

Cumbre de los Pueblos Por la Paz y contra la Guerra. Foto : Red AlternaCumbre de los Pueblos Por la Paz y contra la Guerra. Foto : Red Alterna

En julio del 2025 en Caracas sesionó la Cumbre de los Pueblos por la Paz y en Contra de la Guerra.

El secretario general de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblo (ALBA-TCP), Rander Peña, denunció en Caracas durante la instalación de la Cumbre de los Pueblos por la Paz y en Contra de la Guerra, el resurgimiento del fascismo y las agresivas reacciones del imperialismo para extinguir a la humanidad.

Ante centenares de delegados de Asia, África, América Latina y Europa, que asistieron a la capital venezolana para analizar el contexto global y articular la lucha común contra el imperialismo, el también coordinador de la Internacional Antifascista manifestó que la derecha política mundial recrudece sus acciones en contra de los pueblos sin reparar en las consecuencias que genera este derrotero, y subrayó que la misión de estos tiempos es salvar a la humanidad de la guerra y el fascismo.

Un viejo yanquee iracundo

Es indiscutible que las guerras entre países de América Latina son inexistentes desde hace ya varias décadas. La región está calificada como la que posee la menor cantidad de conflictos interestatales del mundo. Una de las razones de esta característica es el apego de los Estados a la búsqueda de soluciones basadas en el derecho internacional y la diplomacia.

Durante el siglo XX, las guerras en América Latina fueron:

Argentina-Reino Unido: Conflicto del Atlántico Sur, Islas Malvinas (abril-junio de 1982)

Bolivia-Paraguay: Guerra del Chaco Boreal (1932-1935)

Ecuador-Perú: Conflictos de 1941, enero de 1981 y enero de 1995

El Salvador-Honduras: Guerra del Fútbol o de las Cien Horas (julio de 1969)

Imagen: teleSURImagen: teleSUR

En contrapartida, un reciente estudio reveló que Estados Unidos ha lanzado cerca de 400 intervenciones militares desde su independencia en 1776. La mitad de estas se llevaron a cabo entre 1950 y 2019, y el 25% de ellas ocurrieron después del fin de la Guerra Fría.

El estudio, titulado “Introducing the Military Intervention Project: A New Dataset on US Military Intervention, 1776-2019”, fue realizado por la investigadora Sidita Kushi, del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Estatal de Bridgewater, y ofrece nuevos datos que amplían el universo de las intervenciones estadounidenses.

Imagen: teleSURImagen: teleSUR

No se puede omitir el rol del imperio norteamericano en la política interna de los países latinoamericanos, organizando, financiando y ejecutando golpes de Estado en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití y Uruguay. La CIA justificaba sus acciones argumentando que eran necesarias para proteger los intereses nacionales de Estados Unidos y prevenir la propagación del comunismo.

“Las venas abiertas“

Para la codicia de los imperios, las riquezas naturales de América Latina han sido su preciado botín, tal como lo describiera Eduardo Galeano. El autor demostró cómo a lo largo de la historia, fundamentalmente Estados Unidos desde mediados del siglo pasado, ha sometido a los pueblos latinoamericanos a la desigualdad y el subdesarrollo. Asimismo, ha impuesto a los pueblos que han desafiado su política intervencionista y la de las oligarquías cipayos, criminales bloqueos económicos y agresiones constantes a su soberanía, como ocurre contra Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Fuente Comisión Económica para América Latina y el Caribe Cepal.Fuente Comisión Económica para América Latina y el Caribe Cepal.

América Latina y el Caribe concentra más de un cuarto de las reservas mundiales de minerales metálicos estratégicos y alberga casi un quinto de las reservas de hidrocarburos, poco menos de un sexto de la tierra agrícola mundial y un cuarto de la superficie forestal global. La región también posee casi un tercio de las zonas de pesca y un tercio del agua dulce del mundo. Además, en este territorio se encuentra un tercio de los países con mayor megadiversidad del planeta.

Según la CEPAL, América Latina experimentará un crecimiento económico moderado en 2025, con proyecciones que oscilan entre el 2.0% y el 2.4%. Este crecimiento será impulsado por factores como el consumo interno y la recuperación de economías clave, pero se verá limitado por la desaceleración global, la baja inversión y la persistencia de desafíos estructurales como la deuda externa y la volatilidad económica.

La soberanía sobre los recursos naturales y la industrialización de los mismos, superando la primarización económica, constituyen caminos fundamentales para consolidar a América Latina y el Caribe como zona de paz.

El Comandante Hugo Chávez preside primera cumbre de la CELAC. Foto: CELACEl Comandante Hugo Chávez preside primera cumbre de la CELAC. Foto: CELAC

El 2 de diciembre de 2011, el comandante Hugo Chávez presidió la Primera Cumbre de la CELAC en Caracas, donde expresó: “Queremos que la CELAC, dentro de su vocación de cooperación, ayude a alimentar un círculo virtuoso que debemos concebir y que ofrezca beneficios para todos. Nosotros también somos una región de paz y tenemos que enorgullecernos de ello, porque de hecho constituimos una zona de paz, una zona libre de armas de destrucción masiva. Una región que cultiva la vía del entendimiento y del consenso y que no se deja tentar por soluciones impositivas de un país sobre otro. Nosotros aprendemos a resolver nuestras diferencias por el camino del diálogo, y solo lograremos mantener este proceso si seguimos transitando la vía del diálogo”.


Fuente: teleSUR
Publicado por AiSUR
Premio Nacional de Periodismo Necesario Anibal Nazoa 2020


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