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Tras la observación de la luna en la noche del martes, los musulmanes residentes en Sudáfrica celebran hoy el Eid al-Fitr, que marca el fin del mes sagrado del Ramadán.
El presidente Jacob Zuma deseó a todos los que profesan la fe del islam aquí y el resto del mundo un bendito Eid Mubarak.
Por su parte, el vicepresidente Cyril Ramaphosa asistió a la jornada de oración en Pretoria, donde expresó que "es un gran honor para mí estar con ustedes en la ocasión especial de la ruptura del ayuno sagrado". Al reunirnos como sudafricanos, nos recuerda la gran diversidad de nuestra nación, de los muchos credos, lenguas y culturas, subrayó Ramaphosa, al insistir en que ello además "nos recuerda los valores universales que nos unen como un solo pueblo".
El vicemandatario resaltó igualmente la importante contribución de los musulmanes en Sudáfrica y destacó que el islam es "parte de nuestra herencia africana, nuestra historia y nuestro futuro". Enfatizó en la contribución de esta comunidad en la lucha contra el apartheid, la misma que "sigue desempeñando un papel fundamental en la renovación, reconstrucción y transformación de nuestra nación".
Alrededor de mil 600 millones de musulmanes de todo el mundo reverencian el Ramadán, mes durante el cual los creyentes se abstienen de comer, beber, fumar y tener relaciones conyugales desde el amanecer hasta la puesta del sol.
En Sudáfrica, los seguidores del islamismo -la mayoría de origen indostano- conforman el 1,7 por ciento de la población. Están integrados a crisol de religiones, donde la cristiana -con predominio de la protestante-, la practica el 80 por ciento de los ciudadanos del país.
