Loros grises africanos / Foto: MTERD
Los loros grises africanos son objeto de tráfico ilegal cada vez mayor debido a la creciente demanda de mascotas. Sus hermosas plumas y su asombrosa capacidad para imitar el habla humana son lo que los convierte en una posesión preciada en muchos hogares.
La mayoría de los animales capturados por cazadores furtivos ni siquiera sobreviven lo suficiente para convertirse en mascotas.
“Hasta un 60% de los loros grises africanos mueren entre su captura en el bosque y su transporte a su destino final. De cada diez loros, solo cuatro llegan a su destino final”, explica Patrick Muinde, director de investigación de World Animal Protection.
Para capturarlos, los cazadores furtivos emplean métodos brutales. Un pegamento pegajoso hecho con savia de árbol, esparcido sobre las ramas, atrapa a los loros. Para evitar que vuelen, los cazadores furtivos les arrancan las alas. Muchos loros resultan heridos o incluso muertos.
El loro gris africano se encuentra principalmente en África occidental, central y oriental, en países como Kenia, Uganda y Tanzania.
Sin embargo, la mayoría de las aves traficadas ilegalmente provienen de África occidental, donde viven en los bosques ecuatoriales de países como Camerún, la República Democrática del Congo y Nigeria, según el Worlds Parrot Trust.
Las enmiendas de 2017 a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres tienen como objetivo prohibir todo comercio de estas especies. Sin embargo, esta prohibición no se cumple al pie de la letra, ya que los traficantes aprovechan lagunas en las leyes regionales para llevar a cabo sus actividades.
La población de loros grises africanos salvajes alguna vez llegó a contar con millones, pero ahora se ha desplomado a alrededor de 100.000.
En algunos países, como Togo y Ghana, la especie ya se considera extinta, según el World Parrot Trust.
Fuente: africanews.
Publicado por AiSUR
Premio Nacional de Periodismo Necesario Anibal Nazoa 2020