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Opinión

¿Qué está pasando en Panamá?

Manifestación en las Calles de ColónManifestación en las Calles de Colón

Nos ubicamos en Panamá, específicamente en  la provincia de Colón, situada a orillas del Mar Caribe y a 80 kilómetros al norte de la capital. Dicha región, es la la segunda generadora de riqueza del país y el martes 13 de marzo de 2018 amaneció paralizada debido a una  protesta convocada por El Frente Amplio por Colón (FAC), una plataforma donde convergen varias organizaciones civiles. Ante esta situación surge la pregunta: ¿Qué problemas puede tener una ciudad que le genera ingresos tan importantes a Panamá?

Buscando responder a esta interrogante nos encontramos que la ciudad de Colón, es una provincia de fuerte presencia afrodescendiente y una de las más empobrecidas del país, a pesar de ser la mayor zona libre del continente y la segunda más  importante del mundo después de Hong Kong. La Zona Libre de Colón es el enclave comercial más grande del hemisferio, ubicado en una estratégica posición geográfica que proporciona acceso tanto al Caribe como al Pacífico, y que cuenta con una amplia red logística multimodal (articulación entre diferentes modos de transporte, a fin de realizar más rápida y eficazmente las operaciones de trasbordo de materiales y mercancías). A esto se le suma que cuenta con un significativo Centro Bancario Internacional. Por otro lado, encontramos que estas protestas no son las primeras que se presentan en esta provincia, ya que en 2012 y 2013, el pueblo de Colón, salió a las calles, para expresar su desacuerdo con los intentos de privatizar las tierras de la Zona Libre por parte del gobierno del ex presidente Ricardo Martinelli, dejando un saldo de 6 muertos.

Volviendo a los hechos ocurridos el martes 13 y miércoles 14 de marzo de 2018, tenemos que las razones del llamado a este paro son diversas y reconocidas  a nivel nacional, (es por esto que las acciones son apoyadas en otras regiones del país) entre ellas podemos destacar según las declaraciones ofrecidas por los líderes de esta convocatoria: el estado de abandono en el que se encuentra la ciudad de Colón y sus habitantes por parte del gobierno de Juan Carlos Varela, donde resalta la destrucción de las calles, de los servicios de alcantarillado, el déficit en el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas servidas, cierre de negocios gracias a la renovación y fallas en la recolección de basura, que provocaron un colapso durante los aguaceros de 2017. Así mismo, la irresponsabilidad y desidia con que ha actuado el consorcio Nuevo Colón, formado por la brasileña Odebrecht y la panameña Constructora Urbana (CUSA), a quien se le otorgó en junio de 2015 las obras de renovación urbana que está impulsando el gobierno panameño, el cual pretende favorecer a inversionistas extranjeros en detrimento de la población, a esto se suma el desempleo, el mal estado de las vías, la inseguridad, precariedad de la educación, deficiencia en  el transporte y la atención de la salud, así como problemas con los títulos de propiedad de las tierras que no han sido resueltos. Estas circunstancias han empeorado la vida de los habitantes de esta ciudad, que ya tiene más de 60 años de abandono por parte de los gobiernos.

Protesta en la Provincia de Colon PanamaProtesta en la Provincia de Colon Panama

Por su parte, el dirigente del Frente Amplio Colonense (FAC), Felipe Cabeza, explicó mientras liderizaba la marcha pacífica, que la intención del paro provincial es que el pueblo sea escuchado para que el gobierno central tome medidas para solucionar los múltiples problemas que afectan la región. Es importante mencionar que la manifestación recibió muestras de apoyo durante su paso por varias comunidades. Así mismo, Voitier otro de los líderes de las manifestaciones, también se quejó de que el Gobierno “militarizó” la ciudad de Colón desde el viernes 9 de marzo, lo cual consideran como una provocación hacia el pueblo de Colón.

El sindicato de la construcción (SUTRACS) con presencia a nivel nacional, tomó las calles de Panamá en solidaridad con el pueblo de la provincia de Colón organizando marchas y volanteos, y al mismo tiempo este sindicato denuncia los escándalos de corrupción que atraviesa el país. De igual manera, la organización estudiantil universitaria, con base en la Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá “Conciencia Colectiva” también se solidarizó con el pueblo de Colón y en particular con las organizaciones honestas que encabezan la lucha. A través de un comunicado publicado el 13 de marzo expresaron que “el pueblo colonense merece una inversión estatal justa, una renovación real, sin sobrecostos, ni especulación, ni corrupción. Una renovación humana y digna”.

Por su parte, voceros del gobierno a través de una conferencia de prensa, no reconocen las protestas y reivindicaciones legítimas del pueblo al afirmar que sus proyectos ya han beneficiado a “más de mil familias colonenses”. Así mismo, niega que “se esté sacando a la gente de la ciudad” para hacer espacio a los más pudientes. Como siempre los gobiernos sumisos que benefician a las empresas capitalistas justifican la militarización y el toque de queda criminalizando las luchas del pueblo por sus derechos, por esta razón desde las altas esferas de la administración de Juan Carlos Valera se culpó de los hechos violentos y saqueos (ocurridos una vez concluida la marcha pacífica),  a grupos criminales apoyados por un sector político y aseguró que será contundente a la hora de evitar que se repitan eventos violentos como estos.

Luego de revisar los aspectos mencionados, concluimos que lo que ocurre en Panamá es una consecuencia de las políticas propias de la economía de mercado. Y podemos inferir que está en marcha un proceso de gentrificación, que se refiere a la transformación de un espacio deteriorado (en muchos casos intencionalmente), para reconstruirlo o rehabilitarlo con una infraestructura de características superiores a las que existían, con el fin de ser ocupadas por sectores pudientes de la sociedad. Para esto, es necesario que los habitantes tradicionales abandonen el lugar y se sitúen en zonas periféricas. La gentrificación se viene aplicando en países con gobiernos capitalistas y en zonas con importante potencial turístico y de relevancia económica.

Es importante resaltar que la gentrificación no impacta sólo en los aspectos físicos, sino que genera una serie de cambios en la conformación de la población que involucra elementos étnicos y de clases sociales. En el caso de Colón consideramos que están presentes todos las características propias de  este proceso, por lo tanto coincidimos con la idea de que la desidia de las autoridades no es casual, porque forma parte de un plan de expulsar de la ciudad de Colón a sus habitantes para entregar sus tierras a la especulación inmobiliaria y comercial con la anuencia de la Ley Colón Puerto Libre, aprobada por el gobierno, con apoyo del Partido Cambio Democrático (CD) y el Partido Revolucionario Democrático (PRD). Recordemos que un proceso como este ocurrió en el  Casco Viejo de la Ciudad de Panamá, donde la población fue desplazada mediante la fuerza y ofrecimientos de dinero, para dar paso a mansiones, hoteles, discotecas y restaurantes que son inaccesible para la mayoria de los panameños. 

El llamado a paro apoyado por la mayoría de los sectores de la sociedad colonense, es una respuesta a una operación de limpieza social y étnica propia del sistema capitalista, y deja clara la disposición de lucha de un pueblo identificado con su espacio, que cuenta con un movimiento popular organizado dispuesto a defender sus derechos ante la situación de abandono que afecta a las y los colonenses. De esta manera, el paro y el respaldo que ha recibido a nivel nacional pone en evidencia las desigualdades y el descontento de la sociedad panameña. No podemos despedir este artículo sin mencionar un elemento digno de alarma por el peligro que representa la presencia de tropas élites de EE.UU, conocidas como SEALS en la ciudad de Colón las cuales llegaron bajo el pretexto de entrenamiento a la Policía Nacional para "combatir" el terrorismo, el narcotráfico y pandillerismo. Estas tropas son parte del contingente que llego a Panamá en el mes de enero, con la excusa de desarrollar maniobras militares llamadas “Nuevos Horizontes”. Aunado a esto, servirian como apoyo logístico a las fuerzas represivas del estado ante un posible estallido social en Colón. En este sentido, no podemos ser ingenuos ante esta presencia, dichas operaciones también tienen otro propósito, establecer un punto de logística frente a una eventual invasión yanqui a Venezuela, recordemos que el gobierno de Panamá es miembro del Grupo de Lima quien viene asumiendo una posición injerencista en los asuntos internos de la República Bolivariana de Venezuela.


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